Mi desarrollo profesional siguió una línea sinuosa y poco convencional. La curiosidad por conocer prácticas, experiencias y abordajes teóricos diferentes me llevaron a bifurcar los caminos que fui siguiendo y mi formación se caracterizó por una constante búsqueda de posibilidades.
Obtuve en primer lugar el título de Maestra Normal y mi interés por la educación siempre ocupó un lugar destacado. Trabajé como maestra en un Jardín de Infantes mientras estudiaba en la Universidad.
En 1977, al recibirme de Licenciada en Psicología en la UBA, comencé mi práctica profesional en el Hospital Piñero, en un equipo de psicólogas que atendíamos los problemas de aprendizaje desde un abordaje clínico, es decir como un síntoma. Estudié teoría Piagetiana, psicología evolutiva, pensamiento reversible y técnicas proyectivas, además de diferentes teorías psicoanalíticas.
El psicoanálisis fue la base sólida sobre la cual me apoyé para posteriormente atravesar una formación en bioenergética, en la que el cuerpo se integró a mi mirada, ya que somos el cuerpo, entendiendo que las emociones tienen un correlato físico y químico, y se expresan en todo nuestro ser, no solamente a través de la palabra.
Lo grupal también fue un hito importante en mi recorrido ya que completé mi formación como Psicodramatista en la escuela del Dr. Eduardo Tato Pavlovsky y al egresar fuí coordinadora de grupos terapéuticos en el Hospital Ameghino durante 5 años.
Desde el 1992 al 1997 fui docente, formando parte de la cátedra “Teoría y técnica de Grupos”, en la carrera de Psicología de la UBA, a cargo de la Dra. En Psicología Ana Fernández.
Paralelamente a mi actividad clínica con niños, familias y adultos me formé en Mediación, en Grafoanálisis y me interesé por conocer el Coaching Ontológico por lo que incursioné en el mundo empresarial capacitando equipos en temas centralmente ligados a la comunicación, al trabajo colaborativo y a la evaluación del personal haciendo Psicotécnicos.
Desde 2007 comparto la dirección de Rhuma – consultora de Recursos Humanos – con la Lic. Graciela Zaritzky
A partir del 2015 me dediqué a investigar la dimensión emocional de la experiencia educativa desde la perspectiva del pensamiento complejo y de los derechos del niñx.
Trabajé para la editorial Santillana incluyendo contenidos acerca de las emociones en la escuela en los manuales del primer ciclo.
Desde 2015, abrí un espacio en mi agenda para la escritura, formando parte de talleres literarios coordinados por las escritoras Virginia Cosín, Mónica Salerno e Iris Rivera, en los que produje cuentos para niñxs y el guión de una obra de teatro, sobre el miedo a la oscuridad, llamada “La casa encendida”.
Así mismo escribí un libro titulado “¿Las emociones se educan? Paisajes emocionales de la experiencia educativa” editado por Lugar Editorial.
Actualmente participo de foros, congresos y encuentros educativos, en algunos casos como panelista. Participé de actividades organizadas por UNICEF argentina, Sociedades Complejas, OMEP y por el Forum Infancias, que luchan contra las etiquetas y la medicalización indiscriminada de las infancias.
Disfruto estudiando y conociendo diferentes perspectivas de pensamiento que me permita abrir y expandir mi mirada, lo cual intento que suceda en el trabajo clínico con mis pacientes.